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ESQUINAS Y SITIOS DE CARACAS.
LAS GRADILLAS.- Es una esquina muy importante del corazón de la ciudad y se encuentra indicada en el plano que elaboraron para el Rey en 1572. Allí, en ese sitio existían unas gradas o gradillas para bajar a la Plaza de Armas o Plaza Mayor de la Colonia. Por cierto que una casa situada en esa esquina de Las Gradillas perteneció a Bolívar por donación que le hiciera su padrino, el Presbítero Dr. Juan Jerez de Aristeiguieta.
SOCIEDAD.- En una casa situada en esa esquina tenía su sede la Sociedad de Economía y Amigos del País mandada a establecer por el Rey Carlos III. También allí se instaló y reunió la Sociedad Patriótica el año 1811. En la gran sala de dicha casa, celebró la Sociedad Patriótica, presidida por Don Francisco de Miranda, el aniversario del 19 de abril con una sesión solemne.
MERCADERES.- Este nombre es utilizado desde hace muchos años en Caracas. Cuando los frailes franciscanos del Convento solicitaron un derecho a un chorro de agua, indicaron que se podía meter por la “calle de los mercaderes”. La calle de los “mercaderes” desembocaba en la plazuela del templo de San Pablo. Ese trayecto se llamó después con el nombre de Calle del Comercio. Cuando la plazuela de San Pablo delineó sus esquinas, una quedará señalada con este nombre de “mercaderes” que allí hacían sus diarios negocios permitidos por el Cabildo.
LA BOLSA.- Algunos asocian ese nombre al hecho de que en esa esquina tenía su casa la biznieta de Don Diego de Boiza (aquel hombre de “malos instintos” que fue encargado de la Gobernación de la Provincia de Venezuela en el año 1542). O sea que proviene de la descomposición del apellido de Boiza. También se dice que en esa esquina estableció, un tal Barón de Corvaia, un negocio de préstamo de dinero con tal fama que el Presidente Guzmán y los políticos, le visitaban frecuentemente para sus operaciones bursátiles. La oficina obtuvo entonces el nombre de la “Bolsa de Caracas”. Antes, desde aproximadamente 1725, se llamó esquina de Camacho porque allí tenía sus casas don Francisco Pérez Camacho, profesor de música de la Real y Pontificia Universidad de Caracas y se reunían los alumnos del citado músico colonial.
MATURÍN.- Era una de las esquinas del llamado cuadrilátero histórico de la ciudadela Santiago de León de Caracas. En los viejos tiempos se llamó esquina de “Arguinzones” porque en la casa esquinera habitaba el capitán Pedro Luís de Arguinzones y su familia. Al parecer el nombre de “Maturín” se debe a que así se llamó un negocio de Pulpería que se estableció en dicha esquina (al final de la histórica mansión de don Valentín de Ribas y que hoy es el Templo Masónico).
MUERTO.- El nombre de Muerto para una esquina caraqueña, no es de los tiempos coloniales. Se refiere a que en esa esquina, un soldado que llevaban para enterrar con otros desdichados caídos en una escaramuza entre los bandos irreconciliables de godos y federales que surgieron en Caracas en los tiempos de “la guerra de los azules”, despertó, se sentó en la camilla, recobró el conocimiento y reaccionó diciendo: “no me lleven a enterrar, porque yo estoy vivo”. Muchas gentes se persignaban cuando pasaban por la esquina donde se levantó el muerto y se popularizó con tal denominación.
LAS ÁNIMAS.- Cuentan las crónicas que en ese lugar de la Parroquia de Candelaria unos curiosos imprudentes vieron allí una legión de sombras que con hachas encendidas marchaban procesionalmente, vestidas de túnicas blancas. Asociaron que ese sitio era predilecto de las pacientes ánimas del purgatorio para hacer sus nocturnas peregrinaciones. En memoria de aquella visión el terror de los vecinos popularizó ese lugar como esquina de Las Ánimas.
PELIGRO.- Precisamente en ese lugar, algo apartado del llamado centro de la ciudad, vivía el ciudadano español don Bartolomé Peligro, quien con base a una algo dudosa honestidad había logrado atesorar una calidad de pudiente. A un familiar de don Bartolomé Peligro, la Compañía Guipuzcoana le dio el Poder para representar al vencido Capitán Juan Francisco de León. Se cuenta que la fortuna del mencionado Capitán se la engulleron el señor Peligro y los picapleitos realistas.
ZAMURO.- El lugar donde se benefician ganados, es decir los mataderos, atraen por lo general a las aves que aprovechan los desperdicios. Tal cosa ocurría en el lugar de Caracas que fue popularmente identificado con el nombre de “El Zamuro”. Se cuenta que el dueño de la carnicería de El Zamuro anunciaba, echando al aire cohetes, cuando había matado cerdos para que los compradores acudieran en horas matinales en razón a la prohibición a los matarifes y expendedores a trabajar después del mediodía.
EL SORDO.- En esa esquina vivía el General Manuel Salvador Noriega, quien como consecuencia de sus encuentros de guerra había perdido el sentido auditivo en su más amplia totalidad. En dicha esquina estaba un negocio de Panadería, fundado por uno de sus descendientes, pero el viejo General -aunque sordo- permanentemente cuidaba y atendía en el negocio. Allí está la razón del mote de “Esquina del Sordo” que por más de siglo y medio se nombra esa esquina caraqueña.
DEL CHORRO.- En la Avenida Universidad, en pleno centro de la ciudad, a unas tres cuadras de la Iglesia y de la centenaria Ceiba de San Francisco en orientación hacia el Este, nos encontramos con la denominada “Esquina del Chorro”. Recordando su origen, podemos decir que en tiempos del desempeño como obispo del fraile dominico Antonio González de Acuña (el 14º obispo de Venezuela, que ejerció desde 1673 hasta su fallecimiento en febrero de 1682), el cual se propuso proveer a Caracas de agua potable por tubos de cal y canto que, tomándola de una “Caja” también de mampostería, la bajaran por la calle que viene de Altagracia y pasando por el frente de la casa de don Manuel Felipe de Tovar, la llevaran a la Plaza Mayor, y frente a la casa del capitán Diego Guevara; de allí se partiera por mitad: una para la Plaza Mayor, la Catedral y San Jacinto; la otra por la calle derecha, para el Seminario, las Monjas Concepciones, San Francisco y el Hospital de San Pablo, quedando pilones o tomas públicas para la vecindad en las plazuelas de Altagracia, San Francisco y San Pablo. Precisamente, el conducto después de pasar en la parte sur de la edificación del Convento de San Jacinto, desembocaba en un grueso chorro que caía de cierta altura a la calle. Esta constante caída de agua potable sirvió de punto de referencia y es así como se dio el nombre a la esquina que para siempre se llamaría “Esquina del Chorro”.
VEROES.- En la Avenida Urdaneta, en pleno centro de la ciudad, a una cuadra del Banco Central de Venezuela, en orientación hacia el Este, nos encontramos con la denominada “Esquina de Veroes” en Caracas. Veroes (o Verois) es un apellido vasco. Los primeros con ese apellido entraron por Coro, y se recuerda que en 1682 estaba allí establecido un sargento mayor alférez de nombre Antonio que contaba la edad de cuarenta años. Ese apellido ya estaba definitivamente instalado en Caracas, en tiempos del obispado de Mons. José Félix Valverde (1728-1740). Por ejemplo, José Antonio Veroes fue, primero, alcalde de la hermandad, y procurador en 1739. Miembros de la familia tenían sus casas en la esquina que se llamó así por ellos. Durante el pasado siglo XIX, la esquina de Veroes fue un centro de gran actividad. En el ángulo sureste, donde se halla hoy el edificio América, tuvo su casa el activísimo y polémico líder liberal Antonio Leocadio Guzmán. Fue en esa mansión donde se alojó su hijo, el general Antonio Guzmán Blanco, cuando entró triunfante a la cabeza de sus tropas el 15 de junio de 1863, en una Caracas profusamente adornada de banderas amarillas.
CURAMICHATE.- En un lugar casi céntrico de Caracas, perteneciente a la Parroquia de Santa Rosalía, se conoce la esquina de Curamichate, flanqueada por las que se denominan Miseria, Viento, Pájaro, y El Rosario. Por allí corre la quebrada de Cienfuegos que desemboca en el Guaire. En la tarde del 14 de agosto de 1873 fue inaugurado por el general Antonio Guzmán Blanco un puente en el lugar que se ocupaba como basurero público. El nombre dado al referido puente fue para conmemorar que a las once de la noche del 14 de febrero de 1870, el general Antonio Guzmán Blanco (venía de Curazao acompañado de los generales Miguel Gil, Juan Bautista García y otros) desembarcó en las costas de Coro, en el sitio de Curamichate con su invasión. Ese puente servirá para unir y poner en fácil contacto a tres parroquias, regulariza y mejora la avenida del Sur y hace que un sitio que era antes intransitable y perdido sea, ahora, un paseo público y lo que servía de basurero, se transformó con edificios particulares e industriales. El nombre dado al puente dio origen a que se llamara así la señalada esquina o cruce.
PLAZA LÓPEZ.- “Plaza López”, así era llamada originalmente un lugar localizado al oeste de la Plaza Macuro, donde se encontraba entonces el monumento a Cristóbal Colón que luego fue trasladado a la entrada del Parque Los Caobos. Dicho lugar de la llamada Plaza López, es contiguo al puente-elevado de la Avenida Urdaneta, en el cruce con la Avenida Fuerzas Armadas. Y esa esquina fue llamada Plaza López hasta 1946. Por cierto que el 15 de mayo de 1921 llegó a Caracas, procedente de Chile, el infante Fernando María de Baviera y Borbón, en calidad de embajador del rey Alfonso XIII. Se alojó en la casa propiedad de la familia Anzola, situada frente a la Plaza López. La casa desde ese entonces hasta que fue demolida, al construirse la Avenida Rafael Urdaneta, se le conoció con el nombre de “Casa España”. Con motivo a la visita del mencionado Infante real, la Gobernación de Caracas decretó: “Denomínese PLAZA ESPAÑA al citado parque y eríjase en ella un busto de Miguel de Cervantes y Saavedra”. Ciertamente, se desconoce el paradero de dicho busto o estatua a Cervantes, desde hace ya varios años.
EL CENTRO HISTORICO DE CARACAS
Se conoce como Centro Histórico de la ciudad de Caracas, el área comprendido entre las esquinas: Altagracia, Maturín, Los Traposos, y La Bolsa. Son doce manzanas en las que se hallaba lo siguiente: 1.- El primer templo que existió, San Sebastián, llamado después San Mauricio. La hoy Santa Capilla (obra del arquitecto Juan Hurtado Manrique una construcción inspirada en una existente en París, fue bendecida el 1 de octubre de. 1883). Desde 1882, un grupo de damas establece allí la adoración perpetua del Santísimo Sacramento. 2.- Los más antiguos conventos de monjas: el de las Concepciones (hoy esquina de Las Monjas), fundado en 1636 y que desapareció en tiempo de Guzmán Blanco, para construirse el llamado Palacio Federal Legislativo, la Alta Corte de Casación y los ministerios del Interior e Instrucción Pública; y el otro, de las Carmelitas Descalzas, edificado en 1736 y años después modificado y refaccionado por el arquitecto Alejandro Chataing, fue sede de la Tesorería Nacional, luego Ministerio de Hacienda y donde está ahora el Banco Central de Venezuela. 3.- La casa de los Gobernadores y Capitanes Generales (Gradillas a Sociedad) que ahora no quedan huellas de su existencia. 4.- La Real Audiencia, instalada en 1786 al lado de la Casa del Libertador, y cuyo lugar están ahora el Museo Bolivariano y la Sociedad Bolivariana de Venezuela. 5.- La Intendencia de la Real Hacienda ocupó otra de las grandes casas de la cuadra de Gradillas a Sociedad. 6.- La Cárcel Real (hoy Casa Amarilla), comenzó a construirse hacia 1610 y fue adquirida y acondicionada, en 1689, para ser utilizada como cárcel. Ha sido cuartel de milicias, Ministerio de Relaciones Interiores, de Gracia y Justicia, Policía, Hacienda, Guerra y Marina y, desde 1911, de Relaciones Exteriores. Guzmán Blanco la acondicionó como Palacio Presidencial (la pintó de amarillo, color del Partido Liberal) y el primer presidente que la utilizó fue Francisco Linares Alcántara. 7.- El Ayuntamiento o Casa Municipal (al lado de la Casa Amarilla, hoy parte de ésta desde su incorporación en las reconstrucciones posteriores al terremoto de 1812), en medio de la cuadra se hallaba, en 1810, la sede del Cabildo y en su balcón fue la esquina del 19 de abril. 8.- La Universidad y el Seminario Tridentino de Santa Rosa de Lima (hoy Concejo Municipal), donde fue declarada la Independencia el 5 de julio de 1811. 9.- La Catedral. Al sur de la Catedral se hallaba el primer cementerio que tuvo Caracas. 10.- La Tesorería Real, estuvo edificado desde 1567 (Principal a Santa Capilla), fue Ministerio de Hacienda y estuvo el de Obras Públicas hasta cerca de 1950 y ahora una Plaza hundida. 11.-Los Almacenes y oficinas de la Compañía Guipuzcoana (esquina de la Sociedad) estuvieron ubicados al sur de la cuadra de Gradillas a Sociedad. 12.- La Tercera, o Factoría del Tabaco (esquina de Jesuitas), destruida con el terremoto de 1812. 13.- La casa de los Jesuitas (Veroes a Jesuitas), edificada en 1762 y única a prueba de terremotos. Tras la expulsión de dichos religiosos, en 1766, la casa fue vendida a la Real Hacienda. Fue cuartel, casa de monedas, teatro, y colegio del Salvador del Mundo (fundado del escritor Juan Vicente González) enfrente del cual estuvo el Colegio Santa María de don Agustín Aveledo. 14.- La casa donde se instaló el Congreso Constituyente de 1811 (la casa del Conde de San Javier, esquina del Conde), fue construida en 1736. En ella fue instalada la Junta Suprema de Caracas conservadora de los derechos de Fernando VII, el 20 de abril de 1810. Años después el Ministerio de Fomento ocupó la parte alta y en la parte baja funcionó la Imprenta Nacional. En 1936 fue arrasada y se construyó el Ministerio de Educación y ahora es la Biblioteca Simón Rodríguez. 15.- El primer Teatro Real o corral de comedias de Caracas, (Conde a Carmelitas, en el lado oeste del solar perteneciente al Conde de la Granja) desaparece en 1812. Dicho teatro fue mudado al solar de la gallera en la esquina de los Sanabria llamada desde entonces del Coliseo. 16.- La primera imprenta de Caracas (Gradillas a Sociedad, situada al frente de la Intendencia de la Real Hacienda y hacia el sur de la casa Episcopal). 17.- El Arzobispado de Caracas (esquina de las Gradillas). La casa era propiedad de don Bartolomé de Escoto, Deán del Cabildo eclesiástico, y la dañó el terremoto de 1641. Fue reconstruida en 1661 y adquirida por el bisabuelo del Libertador, don Luís de Bolívar, quien en 1684 la vendió a la Iglesia y desde entonces es Palacio Episcopal de Caracas. 18.- La casa donde se instaló Humboldt a su llegada a Caracas (esquina de Carmelitas), la residencia del Conde de Tovar, donde funciona ahora la Oficina de Correos). Por largos años estuvo el Ministerio de Guerra y, entre 1860 y 1861, se convirtió en residencia presidencial cuando ejerció la primera magistratura don Manuel Felipe de Tovar, bisnieto del primer Conde. 19.- La casa donde nació Bolívar (San Jacinto a Traposos). Perteneció a la familia Bolívar desde el siglo XVI. En 1876 fue adquirida por Guzmán Blanco y la alquiló a comerciantes de víveres. En 1912, por suscripción popular, fue comprada a los Sucesores de Guzmán. En 1916 fue reconstruida y consagrada a la veneración pública como recuerdo del Libertador, según proyecto presentado por el ingeniero e historiador don Vicente Lecuna, quien dirigió los trabajos. 20.- La casa patrimonial de Bolivar (en el ángulo sureste de la esquina de las Gradillas). Conocida como Casa del Vínculo, pasó a ser propiedad del futuro Libertador en 1788, como parte del mayorazgo establecido a su favor por su primo el presbítero don Juan Félix de Aristeguieta y Bolívar. Bolívar asilado en Curazao, en 1802, se enteró de la confiscación de sus bienes y que su casa de Las Gradillas estaba en poder del aragonés Manuel Franco, comisionado de la Junta de Secuestros establecida por Monteverde. El Ayuntamiento la destinó a escuela pública. 21.- Templo donde se depositaron, en 1842, los restos de Bolívar hasta su traslado al Panteón Nacional en 1876 (en la Catedral, Capilla de la Santísima Trinidad). Esta Capilla fue edificada y dotada en 1689 por el cuarto abuelo paterno del Libertador. Allí se guardan los restos de varios familiares del Héroe, entre ellos los de sus padres y esposa. El monumento funerario allí colocado es obra del escultor español Victorio Macho y fue colocado en 1952. 22.- La plaza en que se verificó la apoteosis de Bolívar (denominada Plaza Bolívar desde 1842). Antes era la Plaza Mayor, donde el fundador don Diego de Losada mandó a clavar el rollo ceremonial. Su aspecto actual data de 1865. Desde 1874 se encuentra la estatua ecuestre (que decretó Guzmán Blanco en 1872), obra del escultor italiano Adán Tadolini, réplica de la existente en Lima.
La calle de Pedrera a Marcos Parra se llamó Nuestra Señora de la Cantera. Nuestra Señora de la Sabiduría se llamó la calle donde estuvo el colegio de Las Monjas. Bolsa a San Francisco se llamó calle del Testamento. Santa Teresa a Cipreses, Nuestra Señora de los Cipreses. La esquina de la Palma: Nuestra Señora de la Palma. La calle de Padre Sierra a Muñoz se llamó calle de la Divina Aurora (en esa calle vivían, en 1759, los padres de Francisco de Miranda). San Francisco a Traposos se llamó Nuestra Señora de la Chinquinquirá.
En el año de 1759 Caracas tenía cuatro parroquias. 15 calles corrían en dirección norte a sur, y 15 este-oeste. La numeración de las calles era una sola de la I Norte-Sur hasta la última Oeste-Este. A la calle de la Santísima Trinidad le correspondía el número VII. La calle de Torre a Gradillas se llamó calle de Nuestra Señora de Venezuela. La calle XXII se llamó de la Agonía y va desde Catia hasta el puente de Ña Romualda en Candelaria. De Torre a Principal se encontraba la cuadra de Nuestra Señora de Caracas.
De La Pastora hasta San Pablo era la calle de la Encarnación del Hijo de Dios. Al cerro del Calvario en la cuadra de Nuestra Señora de Valvanera, estaba la cañada de las Ovejas. Nuestra Señora del Rescate se encontraba donde está el callejón de la Merced. La calle que va de Camejo hacia San Felipe Neri se llamó Nuestra Señora de Covadonga. El Hoyo Vicioso (esquina del Hoyo) era un sitio solitario y sin cerca, con vastos escondrijos que servían de refugio a los delincuentes, allí existió el cuartel de Milicias Urbanas.
Hubo una calle que se llamó Triunfo de Jerusalén (donde estaba la fuentecilla de San Lázaro cerca del sitio donde hoy se encuentra el Nuevo Circo). Otra, el Prendimiento de Cristo, y otra Cristo Crucificado (XX). Después de los Abanicos (esquina del Abanico) estaba Torre de Boca Fuerte. Cruzando la calle del Desierto y La Transfiguración, estaba la fuentecilla de Punceles en la calle de la Sangre de Cristo. La calle de Alayón estuvo situada en la calle IV. Esta arrancaba del puente de San Pablo hasta la esquina de Malvasía en la Divina Pastora. En esa misma calle se encontraba la cuadra del primitivo Calvario, establecido por Fray Juan Cataneo Bohórquez, obispo de Caracas de 1611 a 1618. Allí se hallaba también la calle de las Peláez (Llaguno a Cuartel Viejo).
En el cruce de las calles V y XXV (De la Adoración de los Santos Reyes y de la Muerte y Calvario) existió la esquina del Agua, donde se pregonaban los bandos durante la rebelión contra la Compañía Guipuzcoana. Esa calle se llama hoy Mercaderes. Ese nombre lo adquiere porque era en ella donde se concentraba el comercio de la ciudad. En la calle del Desprendimiento se halla la esquina del Padre Sierra o de Nuestra Señora de Sierra.
En la calle III (Circuncisión y Bautismo) estaban las cuadras de Nuestra Señora de los Ángeles, el Dulce Nombre de Jesús, Nuestra Señora de la Gracia, la del Marqués de Mijares y Nuestra Señora de la Visitación. La de la Anunciación (Matrices a San Jacinto). Desde La Pastora hasta el convento de la Merced y las Carmelitas, se encontraba el barrio del Teque, cruzando la quebrada del mismo nombre y de las Tinajitas. Una esquina de este barrio se llamó El Muerto del Teque. En la sabana de la Trinidad comenzaron a delinearse las calles en 1797, y en el cerro del Calvario se levantó la ermita de Jesús Nazareno y de Nuestra Señora de Valvanera. (Fuentes utilizadas, en la nota acerca “de la Caracas de antaño”: Enrique Bernardo Núñez (La ciudad de los techos rojos), y Carmen Clemente Travieso (Las esquinas de Caracas).
LOS PUENTES “PUNCERES”, “SAN PABLO” Y “ROMUALDA” Una de las claves del crecimiento urbano en la Caracas colonial, está en la construcción de puentes, que le permitieron expansión fuera del encierro de las quebradas. La de Caroata, porque era necesario vadearla para dirigirse a La Vega; y la de Catuche, ya que el desarrollo agrícola de Sabana Grande, Chacao y Petare, exigían un paso sin dificultades. Por lo tanto hubo puentes de madera tanto sobre el Caroata como sobre el Catuche, y también sobre quebradas menores. Seguidamente nos referiremos a los tres primeros puentes construidos en Caracas.
El primer puente de Caracas con materiales perdurables lo fabricó a sus expensas el Sargento Nicolás Puncel, por el año 1676, para facilitar la comunicación de su finca y tenería con la carnicería de la ciudad que se encontraba muy cerca de la actual esquina de La Pelota.
El puente de Punceles (Punceres) estuvo sobre el río Catuche, en el sitio hoy conocido como esquina de Punceres. Fue una obra de mampostería, ladrillos y cal que permitía el paso de personas y bestias de recua.
El puente sobre el río Caroata es de 1728 y se denominará luego de “San Pablo”. Se debió a la iniciativa del Alcalde Ordinario de primera elección don Diego de Liendo, y estaba junto a la actual Plaza Miranda y daba paso hacia San Juan, Antemano y Aragua. Ciertamente, don Diego de Liendo fue un benefactor de la ciudad; pero no tuvo, como si le tocó a Punceres, la memoria de su nombre inmortalizada en una esquina.
El puente de Catuche o Candelaria comenzó a prestar servicio en 1736. Era un sólido puente de mampostería con bien trazado arco ojival. En su construcción tuvo destacado papel don Feliciano Sojo y Palacios, el bisabuelo materno de Bolívar. Animó la vida de la ciudad e hizo sentir inmediatamente el incremento del mercado inmobiliario y el tráfico comercial hacia el valle de Petare y los fundos cacaoteros de Barlovento. Lamentablemente, la descomunal crecida del Catuche, ocurrida en los primeros días de enero de 1742, destruyó la estructura del famoso puente. Para la reparación de dicho puente, se cuenta que los “Llaveros” de la ciudad fueron a la casa situada entre las esquinas de Sociedad y de Traposos, propiedad de donFeliciano Palacios y Sojo, hijo del constructor del puente, y retiraron el dinero necesario. En lo sucesivo el referido y famoso puente de la Candelaria, se llamaría “Puente de Doña Romualda”. (Notas publicadas en diversos números del “Boletín Informativo de la Asociación de Jubilados del Banco Central de Venezuela).
Debe su existencia a la iniciativa y empeño que tuvo la niña Isolina Manzo, cuando contaba con la edad de siete años, hija del Prefecto de la Policía de Caracas. Ella sembró en 1866 una semillita de Ceiba en un montículo de tierra que existía frente a la Iglesia de San Francisco y la cual estuvo regando y cuidando hasta que la planta resultó firme. Cuatro años más tarde la Ceiba de San Francisco tenía tres metros de altura.
UNA CAPILLA EN LA CATEDRAL: la de la SANTÍSIMA TRINIDAD.- La construcción de la CAPILLA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD en la Catedral de Caracas, data de 1689 y fue realizada por concesión que se hizo al Proveedor don Pedro Jaspe de Montenegro, antepasado de Bolívar, para que allí se colocase un cuadro de media talla que se había hecho en Nueva España, del Misterio de la Santísima Trinidad, y que allí, llevando el título de Patrono, se diese sepultura sin pagar derechos algunos a él y a sus esclavos y domésticos.
El Patronato de esta Capilla vino a recaer en el Libertador como nieto que era de doña Petronila de Ponte y Marín, hija del fundador Jaspe de Montenegro y segunda esposa de don Juan de Bolívar y Villegas, abuelo del héroe.
En esa Capilla fueron enterrados los padres y la joven esposa de Bolívar, y más tarde, el 7 de octubre de 1842 –setenta días antes los restos de su glorioso hermano, transportados desde Colombia- lo fue también el cadáver de María Antonia Bolívar.
El parque “Los Caobos” primero fue hacienda de cacao. En 1810 era una hacienda cacaotera administrada por unos franceses que la abandonaron posteriormente. Dos años más tarde, las tropas realistas pasaron a ocupar la plantación siendo su dueño Gerardo Patrullo, quien realizó algunos cambios e incluso izó en el centro de la hacienda la bandera de España. Luego, cuando se libró la batalla de Carabobo, Patrullo huyó, y los familiares de Ambrosio Plaza, quien murió en batalla, pasaron a ser los propietarios por orden del entonces Presidente, José Antonio Páez.
Para 1865 estaba en ruinas esa hacienda y es así que vendieron el terreno por diez mil pesos a los hermanos Bernardino y José Antonio Mosquera y la convertirán en hacienda de café y para la conveniente sombra protectora los nuevos dueños se encargaron de sembrar caobos traídos de Santo Domingo.
Al morir los propietarios, sus herederos decidieron vender el terreno a un consorcio extranjero para hacer allí una urbanización; sin embargo, en 1925, el general Juan Vicente Gómez para evitar que fueran talados sus árboles, expropió la hacienda por cuatrocientos mil bolívares y la transformó en “Parque Sucre”, en homenaje al Gran Mariscal Antonio José de Sucre, el recordado y ejemplar Mariscal de Ayacucho.
En 1943 bajo la Presidencia del general Isaías Medina Angarita, es donado por la nación a la Municipalidad del Distrito Federal. En esa época el Parque abarcaba más de veinte hectáreas. Actualmente son 17,62, donde están sembrado más de cuatro mil árboles.
EL PARQUE “EL CALVARIO” DE CARACAS En la colina al oeste de El Silencio, está localizado el patriarca de todos los parques de Caracas. A principios del siglo XVII, el Obispo de Caracas puso a esa colina el nombre de “EL CALVARIO”, y colocó a lo largo de sus serpenteantes senderos, las Estaciones del “Vía Crucis”.
El parque actual no es sino un reflejo romántico y desvaído del existente en tiempos de Guzmán Blanco, quien trajo paisajistas franceses para que crearan en dicha cima un bellísimo jardín con varios niveles. También el Presidente Guzmán Blanco, en 1874, ordenó la construcción del acueducto de Macario por medio de la represa del río homónimo y sus afluentes, y de un canal de cuarenta y siete kilómetros de largo que desembocó en un estanque ubicado en El Calvario.
Fue el Presidente Joaquín Crespo quien mandó construir el Arco de la Federación y las Graderías o escalinatas de El Calvario. La Capilla de Lourdes que se encuentra en dicho parque, fue edificada en 1885 para reemplazar la Ermita construida en 1765 y reedificada en 1782, asignada ahora al rito de la iglesia greco-católica. El Viaducto Unión, construido en 1886 (entre Paguita y El Calvario), y el Tunel del Calvario fue terminado en 1895.
Anteriores al Cementerio General del Sur: CEMENTERIOS DE CARACAS No hay error en decirse que los cementerios, coincidentes con los instituidos con tal denominación, existían como anexos a los Templos, por ejemplo: San Mauricio (1567); San Pablo (1580); Catedral (1637); Altagracia (1656); Santa Rosalía (1696); Candelaria (1708); de los conventos de frailes: San Jacinto, San Francisco, Las Mercedes, San Felipe, y Capuchinos; y de los conventos de monjas: las Concepciones, Carmelitas y Dominicas. Valga advertir que los enterramientos en los conventos de frailes quedaron suprimidos en 1837, a excepción de San Francisco (hasta 1870) y San Jacinto, donde sepultaron hasta 1875; y en los conventos de monjas hasta que cesan su funcionamiento en 1874. Se recuerda que en 1874, por decreto de Guzmán Blanco, la iglesia de la Santísima Trinidad de Caracas fue convertida en Panteón Nacional. También en las cuatro localizaciones que tuvieron los Lazaretos (sitios para atender a los enfermos que padecían la enfermedad) se utilizaron cementerios anexos. Igualmente hubo el cementerio de los coléricos para las víctimas de la peste de cólera en los años 1855-56, en un terreno que quedaba al fondo del actual Hospital Vargas. Del mismo modo, se conoció el cementerio llamado “el degredo” localizado entre San José y la Candelaria y enterraban los muertos de las epidemias de viruelas de 1845, 1856,1864. En número considerable existieron cementerios en la ciudad de Santiago de León de Caracas en los años que van desde su fundación[1] hasta finales del siglo XIX, veamos: Del Empedrado, se encontraba a la derecha del camino que llevaba a Antímano, frente al caserío del Empedrado, y se enterraba allí cuando el terremoto de 1812; pero la fecha formal de su institución fue en 1816. Del Este, en el Este de Caracas, desde 1825 y se clausuró en 1856. Sus terrenos, desde 1876 utilizados con fines agrícolas se comprendían en la Hacienda El Conde (perteneciente ahora a la jurisdicción de la Parroquia San Agustín). De los hermanos de la cofradía de San Pedro o llamado también de Los Canónigos, que funcionaba desde principios del siglo XIX y fue clausurado en 1876. De los ingleses, desde 1834 hasta 1876, en la calle más al sur de la ciudad (antes de llegar al Río Guaire, la cuadra al pasar entre Dolores a Bárcenas). Al frente contiguo éste existió el cementerio de los alemanes, desde 1853 hasta 1876. Antes que operaran estos cementerios, a los protestantes se les enterraba detrás de los camposantos y allí también a los judíos y suicidas. De los hijos de Dios, desde 1856 y construido por una Junta de ciudadanos, que estaba situado al norte de La Pastora, en línea recta del puente del Guanábano hacia la serranía (cerca de la llamada Sabana del Blanco, entre La Pastora y San José). Para conducir los cadáveres se iba por La Trinidad, desde lo que hoy se llama Plaza del Panteón hasta la esquina de Dos Pilitas, y de allí por un trozo de carretera. Fue inaugurado el 2 de noviembre de 1856 y clausurado en julio de 1876; pero en los años 1877 y 1878 se volvió a enterrar allí porque al público no le agradaba el Cementerio General del Sur[2]. [1] Caracas fue fundada el 25 de julio de 1567 por el conquistador español don Diego de Losada, nacido en 1511, hijo de don Alvaro Pérez de Losada, señor de Rionegro, y de su esposa doña Catalina Osorio. [2] Puesto en servicio en 1876. Al principio no tuvo aceptación, hasta que al regresar Guzmán Blanco nuevamente al poder, en 1879, confirmó su decisión anterior de uso obligatorio. (Publicados en diversos números del Boletín Informativo de la Asociación de Jubilados del Banco Central de Venezuela)
LA CASA NATAL DEL LIBERTADOR La historia de la Casa Natal del Libertador se inicia en 1641. El cuarto solar, de norte a sur, frente a la plazuela de San Jacinto, fue adjudicado al señor Bernardo Noguera Herrero (natural de Moscarolas en el principado de Cataluña, quien debió establecerse en Caracas antes de 1641 y casado en fecha 11 de febrero de dicho año, en la iglesia Catedral, con María de Jesús Moreno) y construye una casa que en el fondo lindaba al oeste con un solar del proveedor don Pedro Jaspe de Montenegro, y calle real de por medio miraba hacia el solar de Luís Blanco de Villegas, contiguo a la plazuela de San Jacinto.
Una hija (Margarita Noguera de Rojas) heredará la casa. En 1678, Margarita Noguera de Rojas y su esposo Pedro Porrero, venden la casa al proveedor don Pedro Jaspe de Montenegro por mil doscientos pesos, en nombre de su tutoreada doña Josefa María de Narváez y ella la aporta a su matrimonio con don Pedro Ponte Andrade Jaspe de Montenegro, sobrino de su tutor, en 1681. La hija María Petronila de Ponte y Marín (nacida en 1684), se casará a los 27 años de edad con don Juan de Bolívar y Martínez de Villegas (quien tenía 46 años y había enviudado, en 1687, de doña Francisca de Aguirre), el 8 de enero de 1711. Con motivo de este matrimonio, don Pedro de Ponte Andrade le entregó a su hija, entre otros bienes, la referida casa por cuenta de su legítima materna. Fue arreglada, serán sus dueños pero no vivirán en la casa caraqueña, sino en San Mateo (donde don Juan tenía el cargo de Regidor y Justicia Mayor) hasta 1726, y allí nacerán sus hijos (uno de ellos: don Juan Vicente Bolívar y Ponte).
Es de recordar que cuando fallece don Juan de Bolívar y Martínez de Villegas, en 1731, fue velado en la casa de la plazuela de San Jacinto, en Caracas, donde vivían desde años atrás. Al cumplir 19 años, don Juan Vicente Bolívar y Ponte solicitó, ante el escribano público, administrar sus propios bienes y el 13 de febrero de 1745 recibirá la señalada casa donde habitará hasta 1745, cuando debió partir para España. Desde entonces la casa será arrendada por el Gobernador y Capitán General, el mariscal de campo don Felipe Ramírez de Estenoz, quien la habitará con su mujer doña Teresa de Herrera y Chacón (se había casado en La Habana) y sus hijos pequeños: José, Ignacia y María Ana; con ellos vivirán otras personas en calidad de agregados.
Cuando don Juan Vicente Bolívar y Ponte regresa de España, en enero de 1759, residirá en San Mateo, donde había sido nombrado Teniente de Gobernador y Corregidor, cabo de guerra y Juez de Comisos en los pueblos de La Victoria y San Mateo. En 1773 se casa con doña María de la Concepción Palacios y Blanco, de 15 años de edad y la pareja se instala en la casa de San Jacinto, en Caracas. Habitarán la casa y allí se cumplirán sus fallecimientos. Después, los descendientes habrán pensado deshacerse de esa casa que no habitaban.
En 1766, en el plano religioso de la ciudad, mandado por el Obispo Diez Madroñero, la calle VIII que baja de norte a sur, donde se halla la casa, queda definida con el nombre “de la huída a Egipto” y la cuadra Nº 21 como de “Nuestra Señora de Chinquinquirá”. A la casa se le da como santo patrón al apóstol Santiago.
El 19 de junio de 1806, don Juan Vicente Bolívar y Palacios, de 25 años de edad, con autorización de sus hermanos, firma la escritura de venta de la casa a favor de don Juan de la Madriz (por siete mil pesos), a la cual se mudará el 13 de septiembre para habitarla con su esposa y sus tres hijos, hasta cuando sucede el terremoto del 26 de marzo de 1812 (que la afectó severamente y dejó en ruinas). Se procederá luego a su reconstrucción con algunas modificaciones. En 1839 será heredada la casa en referencia por don Juan Bautista de la Madriz y Aristeguieta. (Por cierto que en ese inmueble se efectuó, el miércoles 17 de enero de 1827 el banquete y baile al Libertador con motivo de su visita a Caracas. El sábado 28 de febrero de 1835, una gran cena en honor del general José Antonio Páez y del doctor José María Vargas. El 24 de abril de 1863, allí firman Antonio Guzmán Blanco y Pedro José Rojas, el llamado Tratado de Coche).
El gobierno de Antonio Guzmán Blanco mandó a demoler la iglesia y el convento de San Jacinto para construir el edificio del Mercado. Como consecuencia de ello el sector desmejora en su aspecto residencial. En mayo de 1876 doña Vicenta Plaza y Duarte (viuda de don Juan Bautista de la Madriz), ofrecerá en venta la casa y el comprador fue Antonio Guzmán Blanco, por la cantidad de veinte mil ochocientos venezolanos.
Ahora, propiedad de Antonio Guzmán Blanco, la casa natal del Libertador será usada con fines comerciales, lo que a la larga deteriorará notablemente el inmueble. En junio de 1876 la alquiló a la firma comercial alemana O. Becker & Co, la cual se dedicaba al mayor y detal de mercancías secas, principalmente telas. En febrero de 1879, se instaló en la casa la sede del tercer Banco de Caracas. Al ser liquidado dicho Banco, en 1884 abre en dicha casa el Banco Comercial de Venezuela; más tarde la ocupará el Banco de Venezuela y en una habitación de la izquierda, a espaldas de lo que había sido el comedor, se construyó una caja fuerte.
Hacia 1889, un grupo de venezolanos se preocupó por su adquisición y formaron una Sociedad Patriótica que se encargaría de recolectar los fondos necesarios para su compra. El general Guzmán Blanco, quien vivía en Francia, dijo que la vendería por el precio que le había costado. Pero en 1890 la casa fue ocupada por la firma comercial Matos, Chirinos y Compañía (cuyo accionista principal era Manuel Antonio Matos concuñado de Guzmán). Luego fue alquilada a la firma de Ángel Volcán. También funcionó en dicho inmueble una fábrica de tabacos. Durante el tiempo que fue propiedad de Guzmán Blanco, alcanzó el grado máximo de decadencia y descuido. En 1895 la casa mostraba serias mutilaciones y modificaciones. En 1906 allí funcionaba el Colegio Nacional de Varones (antigua Escuela Politécnica).
Finalmente, con motivo de la celebración del centenario de la independencia, en 1910, se decreta que una vez adquirida la casa por suscripción pública, deberá restituirse con la fidelidad posible a la forma que tenía en 1783. Luego de una intensa recaudación de fondos hecha por suscripción pública, con la contribución del Banco de Venezuela y del Banco Caracas, la nación compró el inmueble a los sucesores de Guzmán Blanco por la cantidad de 114.326,60 bolívares, el 14 de octubre de 1912. C.P.P
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